1. ¿Qué es un diario?
  2. ¿Cuáles son los beneficios de escribir un diario?
  3. ¿Diario o cuaderno de todo?
  4. ¿Por dónde empiezo?
    1. ¿A mano o a máquina?
    2. El espacio y el momento del día en el que escribes
  5. Las primeras líneas del diario
    1. ¿Qué escribo en el diario?
    2. Frases para empezar el diario cada día
    3. Ejercicios para escribir en el diario
  6. Revisar lo escrito y mantener el hábito de la escritura
  7. Tipos de diarios
  8. Recomendaciones finales y recursos para alimentar el diario
    1. Recursos 
    2. Enlaces recomendados

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1.¿Qué es un diario?

Un diario es un hábito, una práctica, un encuentro contigo en el que puedes conectar con tus pensamientos y emociones más profundos; recordar lo que te ha sucedido a lo largo del día, tener un diálogo imaginario con otras personas o prepararte para afrontar una situación difícil. Más que un registro de acciones “hoy he ido a este sitio y me ha pasado aquella cosa” escribir un diario es crear un espacio seguro para estar contigo.

Como todos los hábitos, escribir un diario requiere voluntad, compromiso y una estructura inicial para conseguir que se repita en el tiempo. Voluntad en el sentido de que sea un anhelo lo suficientemente fuerte como para vencer la pereza, atravesar el miedo a lo que encontrarás si escribes con libertad, y alimentar el deseo de escribir.

¿Quieres empezar a escribir a un diario? Quizá ya hayas tenido uno en otra época de tu vida y quieres retomar el hábito, o estás explorando la escritura creativa y quieres fortalecer la práctica. A lo mejor tienes siempre presente la escritura, pero no sabes cómo dar un paso más y dedicarte a ella de forma continuada.

En este artículo comparto algunas reflexiones y propuestas prácticas para iniciar y mantener la escritura de un diario personal.

Mujer leyendo su diario
Joao Silas

2. ¿Cuáles son los beneficios de escribir un diario?

“Es bueno y agradable llevar un diario y llenarlo con tus cosas, con tu ser: poemas, sueños, diálogos, retratos, cartas, recuerdos, observaciones, reflexiones, percepciones, intuiciones, confesiones, dibujos, citas. Significa que te tomas en serio tu vida y te importa lo bastante para verla sinceramente, verla y decir la verdad.

Debería ser un ejercicio esencia y continuado de autodescubrimiento: encontrar gradualmente tu voz, tus verdades, tu historia.”

Gabrielle Roth, Mapas para el éxtasis

Hay muchos estudios que recogen los beneficios de la escritura personal, así que no voy a citarlos todos. El punto de partida suel ser el estudio de Pennebaker; si quieres conocerlo mejor, echa un vistazo a este artículo que escribí para intentar responder a la pregunta ¿es terapéutica la escritura?

Personalmente no creo que sea terapéutica en sí misma sino que la escritura, como cualquier otra tarea creativa, es un recurso expresivo que, además de ser gratificante, puede ayudarte a conocerte mejor y cuidarte más. Entre otras razones porque, a diferencia del pensamiento, que tiende a dar vueltas sobre sí mismo y volver a los lugares que conoce, la escritura siempre nos descubre nuevos senderos. Pero hay que alimentarla con paciencia, con calma y con mucho mimo.

En cualquier caso, lo más importante no son los beneficios o las razones por las que otras personas llevan un diario; tampoco la forma en que lo hacen. Lo más importante para que puedas iniciar el hábito y mantenerlo, disfrutar y aprender a estar cada vez más a gusto en ese encuentro contigo, a conocerte y desconocerte, son tus motivos. Y las estrategias que a ti te sirvan para consolidar la práctica:

 “Seguramente habrá cientos de formas de escribir que puedan resultar beneficiosas. Piensa en estas propuestas como pautas generales y no como la verdad absoluta. De hecho, cuando escribas, experimenta para ver qué funciona mejor.”

James Pennebacker

Así que lo primero que te propondré cuando hablemos de las formas en que puedes comenzar a escribir las primeras líneas, es que pienses en las razones por las que tú quieres hacerlo.

De entre todas las listas de beneficios que conozco, mi selección favorita es la que propone Kathleen Adams en Journal to the Self y Journal Therapy: Writing for Healing and Change (Center for Journal Therapy). Además de traducirla, la he adaptado teniendo en cuenta mi experiencia acompañando a otras personas y la de mi propia práctica. Espero que te ayude a conectar con tus motivos para iniciar o retomar el hábito de la escritura; pero si estás buscando sugerencias prácticas y concretas para empezar, puedes dar un salto hasta la próxima sección.

Annie Spratt

1.La escritura como mapa

Cuando estamos en un proceso de cambio a veces nos sentimos como malabaristas sobre una cuerda en medio de un espacio oscuro; hay instantes en los que no logramos recordar de dónde venimos, y resulta difícil visualizar el lugar al que nos dirigimos. Cualquier persona que haya pasado por uno o esté viviéndolo en este momento sabe lo difícil que es sostenerse en el punto medio, cuando no te reconoces en tu piel antigua y aún no has conseguido habitar la nueva.

El diario puede ser un espacio de transición que te recuerda tus objetivos y avances y, también, el lugar que estás dejando atrás. De esta forma, puedes orientarte mejor cuando tengas la sensación de haber perdido pie, de no encontrar las referencias de dónde estás o quién eres en este momento.

También te ayudará a recordar cuáles son tus propósitos y objetivos, las razones por las que son importantes para ti y la forma en que vas a intentar conseguirlos. Eso te ayudará a materializarlos, no por arte de magia sino porque tendrás una guía y pondrás el foco en ellos.

2. Conectar con tu intuición

Dice Humberto Maturana que somos seres racionales y emocionales; ambos ámbitos son igual de importantes, han de dialogar y estar en equilibrio. Sin embargo, tenemos la mala costumbre de dejar demasiado espacio a lo racional, a los pensamientos, como si dándole mil vueltas a la cabeza hasta que echara humo pudiéramos solucionarlo todo.

La práctica de la escritura en el diario te pone de forma progresiva en contacto con tu sabiduría emocional, con tu esencia. Por ejemplo, ayudándote a ver que no siempre es importante encontrar las respuestas, sino formular las preguntas adecuadas y sostenerlas el tiempo suficiente. O darte cuenta de que muchas veces sabes las respuestas, pero no confias en ellas o evita verlas porque son dolorosas.

Una de las premisas fundamentales de la escritura personal es la honestidad contigo misma, contigo mismo; “di tu verdad”, como pedía el narrador en Un monstruo viene a verme. Es posible que los primeros días consigas dar rodeos alrededor de lo que de verdad sientes o de lo que es importante para ti; pero, si continúas practicando, llegarás a tu centro. De esta forma, al cabo de un tiempo aprenderás a encontrar en ti las preguntas y las respuestas. No serás infalible, nunca lo somos; pero te aproximarás mucho más a la sabiduría de tu propia intuición. 

3. Ampliar la perspectiva

El diario te permite tener una perspectiva más amplia de tu vida; ver el conjunto, alejarte y sobrevolar a vista de pájaro. Solo de esta forma conseguirás salir de los círculos de pensamiento habituales para moverte en espirales más amplias.

Plasmar en el papel lo que te preocupa aligera tu calma mental, y eso te permitirá tener una perspectiva más amplia que, en este caso, puede facilitarte la toma de decisiones y la resolución de problemas, al permitirte tener en cuenta todas las alternativas y valorarlas con más calma.

Te darás cuenta de que hay alternativas a la interpretación que estás dando a los hechos y, también, de que hay otras miradas; otras personas implicadas en los acontecimientos.

4. Manejar emociones y pensamientos

Cuando practicas la escritura de forma cotidiana y estructurada el propio proceso de escribir va autorregulándose, de tal forma que te ayuda a manejar tus emociones y pensamientos. Poco a poco te irás dando cuenta de cuándo estás entrando en bucles o caminando en círculos, y serás capaz de salir de ellos por tu propio pie. Escucharás una voz interior que te dirá “ya estás otra vez con esto” con amabilidad y compasión, como lo harías tú con cualquier otra persona. Y te moverás hacia nuevos horizontes más amplios y cómodos, más tuyos.

Los acontecimientos, preocupaciones y emociones se transforman cuando los reflejas en el papel; se convierten en algo que puedes nombrar, empezar a comprender y manejar. Si quieres desentrañar el mapa de tus emociones, puedes añadir a la práctica de la escritura un registro de las que son más importantes para ti cada día: las emociones que disfrutas y las que intentas evitar, las que te sorprenden.

Así, el diario personal puede ser un buen complemento en un proceso de psicoterapia muy recomendable tanto para quien lo inicia, como para psicoterapeutas y otros perfiles profesionales que trabajen acompañando a personas. Cuando se une a las prácticas narrativas, la escritura puede ser una herramienta muy poderosa para la intervención comunitaria; pero ésa es otra historia y, como tal, deberá contarse en otro lugar.

5. Manejar la incertidumbre

El hábito de la escritura también te ayuda a manejar la frustración y la incertidumbre, dos aspectos con los que acostumbramos a llevarnos bastante mal en las sociedades occidentales. Desde la seguridad de tu cuadernos puedess explorar y abrazar tus contradicciones, inseguridades, sombras, temores. Y, al mismo tiempo, recordar que esto también pasará.

6. Mejorar la comunicación

El diario te ofrece, además, un espacio seguro en el que barajar las distintas formas de abordar una situación conflictiva: preparar una entrevista, comunicar una situación difícil en el ámbito personal o laboral; anticipar las situaciones temidas, y conectar con tus recursos para afrontarlas.

Te ayudará a mejorar tu forma de expresarte: primero te lo dices a ti, te tomas un tiempo para ordenar tus ideas y para dejar que salgan todas las emociones; luego decides qué y de qué manera se lo comunicas a otras personas.

7. Tu forma única de ver el mundo

La práctica cotidiana de la escritura hará que conectes con tu propia voz; con tu forma única de ver el mundo, y con la manera en que eres capaz de transmitir esa emoción a otras personas; algo que te resultará muy útil y gratificante para cualquier proyecto creativo en el ámbito personal, como por ejemplo la escritura creativa o la comunicación de tus proyectos.

Si estás escribiendo ficción puedes añadir ejercicios de escritura creativa a tu prática diaria. En ambos casos, un poco más adelante te hablo sobre cómo recoger y cuidar las semillas de la escritura.

El diario no solo te ayudará a conectar con tu imaginación y tu memoria, sino también a juzgarte cada vez menos. Probablemente seguirás escuchando a las voces críticas, pero dejarás de hacerles tanto caso.

8. Autoconocimiento

El diario es tu mapa y la hoja de ruta: todo lo que registres te servirá para visualizar y explorar los cambios, fortalezas, avances, objetivos. También te permitirá revivir, desde la lectura, los instantes de felicidad y gozo; aquellos que construyen la vida y a menudo pasamos por alto. Esto, a su vez, te ayudará a prestarles más atención en el día a día. Tendrás un registro de vida, un álbum de instantes y recuerdos al que puedes volver siempre que quieras.

Pasarás más tiempo contigo, te conocerás mejor y esto te ayudará a cuidarte más. Te ayudará a ser más consciente de lo que te pasa y los motivos por los que te pasa, ampliar la perspectiva (una vez más) y diferenciar entre lo que puedes y quieres cambiar y lo que no. De hecho, puede servirte para reconocer aquellos avances valiosos que sí dependen de ti y no estás reconociendo. También para darte cuenta de que en el pasado has vivido situaciones difíciles y has salido adelante. Que, incluso en los momentos más duros, hay instantes de luz.

También puede resultarte útil para ejercitar la memoria, integrar lo vivido y fomentar el pensamiento crítico; dedicar más tiempo a la reflexión, ralentizar el ritmo de tu pensamiento en la medida en que nos lo permite este mundo acelarado en el que vivimos.

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Reloj de arena
Aron Visuals

3. ¿Diario o cuaderno de todo?

Cuando era pequeña tuve un diario con candado, cuadernos, servilletas de papel y agendas en las que iba escribiendo con minuciosidad científica lo que pasaba a lo largo del día. Siendo más mayor, si no llevaba una libreta, escribía en los tickets de la compra.

Al comenzar con Narrativas y otras lunas busqué otros artículos, talleres y manuales que dieran pautas sobre cómo escribir un diario; y así fue como conocí los cuadernos de todo de Carmen Martín Gaite. Según María Vittoria Calvi* su hija de cinco años le regaló a la autora un cuaderno para su cumpleaños y se lo dedicó con esas palabras, dándole así permiso para «meterlo todo desordenado y revuelto».

“A partir de entonces, todos mis cuadernos posteriores los fui bautizando con ese mismo título, que me acogía y resultaba de fiar por no obligar a nada, a ninguna estructura preconcebida. De hecho, venciendo una tendencia al ostracismo que por entonces me apuntaba, empecé a escribir más y se configuró en gran medida el tono nuevo de mis escritos, que derivaron a reflexionar no sólo sobre la relación que tienen entre sí todos los asuntos, sino también sobre el carácter relativo y provisional de aquello mismo que iba dejando anotado.”

Carmen Martín Gaite
Cuaderno de todo
Carmen Martín Gaite, Cuaderno de todo

Antes de conocer este recurso, una de las cosas que más me preocupaba era seleccionar los contenidos para el diario: ¿debía repasar todo lo que había hecho o dicho durante el día para decidir qué anotar? ¿registrar mis actividades? A partir de entonces mi relación con los diarios cambió; dejaron de ser una hoja en blanco, una exigencia más que cumplir, para convertirse en un refugio. Cuando alguien me dice que quiere instaurar o recuperar la rutina de escribir, recomiendo el método de Carmen Martín Gaite o, más bien, de su hija: tener un cuaderno en el que «meterlo todo desordenado y revuelto».

Reflexiones sobre lo que ha sucedido, sobre el libro que estás leyendo, los recuerdos que te asaltan, lo que te da miedo y lo que deseas (en el caso improbable de que estas dos cosas puedan separarse). Las dificultades que tienes para escribir, los bloqueos, dudas, voces críticas. Borradores de cuentos o poemas, frases sueltas, espirales y números de teléfono; la única norma es intentar reservar al menos diez minutos diarios para la escritura y tener a la vista estas palabras (u otras que te sirvan de inspiración):

Escribir: para no dejarle el lugar al muerto, para hacer retroceder al olvido, para no dejarse sorprender jamás por el abismo. Para no resignarse ni consolarse nunca, para no volverse nunca hacia la pared en la cama y dormirse como si nada hubiera pasado; nada podía pasar.

Hélène Cixous

*Los “Cuadernos de Todo” de Carmen Martín Gaite: lengua y memoria. Maria Vittoria Calvi

Pero espera, que voy muy rápido; todavía hay algunas cosas que tenemos que tener en cuenta antes de empezar para mantener el hábito. .

4. ¿Por dónde empiezo?

Hace treinta años mi hermano mayor, que tenía diez años, estaba intentando escribir una redacción para la que nos habían dado tres meses de plazo y que había que entregar al día siguiente. Habíamos salido a nuestra cabaña de campo en Bolinas y él estaba sentados a la mesa de la cocina, al borde de las lágrimas, rodeado por papeles de cuaderno de anillas y lápices y libros sobre pájaros sin abrir, inmovilizado por la inmensidad de la empresa a acometer. Entonces mi padre se sentó a su lado, pasó el brazo por encima de su hombro y le dijo: “Pájaro a pájaro, coleguita. Hazlo pájaro a pájaro.”

Pájaro a pájaro, de Anne Lammot

Al principio necesitarás una estructura, programar el encuentro con el diario y tener una idea de lo que vas a escribir. Así que lo primero de todo es dedicar un tiempo a tomar decisiones básicas que te ayudarán a mantener el hábito:

  • ¿En qué soporte vas a escribir?
  • ¿En qué lugar de tu casa? ¿Vas a llevar el diario contigo?
  • ¿Cuándo es el mejor momento del día? ¿Cuánto tiempo mínimo vas a dedicar para empezar? ¿Necesitas ponerte un tiempo máximo?
  • ¿La privacidad es importante para tí? ¿Qué vas a hacer para protegerla?
Libros y cuadernos: un espacio propio

Estas son las orientaciones que doy siempre al comienzo de los talleres:

  1. Consigue un cuaderno con el que te sientas cómodo o cómoda y que no te importe estropear: que no sea uno de esos tan bonitos y tan caros en los que después no te atreves a escribir una línea.
  2. Encuentra un momento para leer y escribir con tranquilidad, aunque sea 10 minutos cada día; puede ser nada más levantarte, mientras desayunas, en la pausa de la comida o justo antes de dormir. Lo importante es que sea un período de tiempo que puedas asociar a la escritura. No pasa nada si no escribes todos los días; pero sí es necesario que sepas que cuentas con ese espacio. Tiene que ser un momento en el que, si es posible, puedas escribir sin ningún tipo de interrupción.
  3. Escribe sobre lo que quieras, no hace falta que haya un orden. Más que contar los hechos, se trata de escribir sobre lo que tengas en la cabeza en ese momento. Puedes empezar el cuaderno con las sensaciones del día que recuerdes, el poso que te dejan las cosas. También puedes tratar de recordar momentos agradables.
  4. Si en algún momento no sabes qué escribir, empieza trasladando al papel tus dificultades.  Por si acaso, un poco más adelante encontrarás pautas concretas. 
cuadernos

4.1. A mano o a máquina

Siempre recomiendo escribir a mano en un cuaderno, pero puedes utilizar el soporte que te resulte más cómodo; sobre todo al princpio. A mí me ayuda mucho escribir en el ordenador todo lo relacionado con el trabajo; estructuro mejor los contenidos porque puedo ir saltando de un párrafo a otro. También me resulta muy útil para la última edición de los textos.

Pero, tanto para crear como para mi cuaderno de todo, prefiero la escritura a mano. Me permite ir más despacio, siento que fluye de otra manera. Lo complemento con una aplicación de notas en el móvil, para poder escribir lo que surja en cualquier momento. Y la grabadora de voz cuando quiero registrar muchas cosas y tengo poco tiempo, o para capturar todos los detalles de los sueños antes de que se evaporen. Otras personas prefieren llevar encima una libreta de bolsillo.

4.2. El espacio y el momento del día en el que escribes

Algo que puede ayudarte a convertir la escritura en un hábito, es asociarla a algo que hagas de forma rutinaria; por ejemplo el desayuno, la comida o la cena. Si puedes tener a la vista los materiales para escribir y un espacio dedicado a esta actividad, aunque sea muy pequeño, mejor; si esto tampoco es posible, ten a la vista algo que te recuerde a la escritura, como una postal inspiradora o unas líneas escritas por ti en un papel.

Respecto a delimitar el tiempo, puede ayudarte de dos maneras: estableciendo un mínimo para que sentarte a escribir sea una costumbre y no algo que dependa de la inspiración, y un máximo para que no tengas la sensación de que te absorbe.

Si sientes que te ayuda, establece un ritual de entrada y salida; por ejemplo una pequeña meditación antes de empezar. Es suficiente cerrar los ojos, centrar tu atención en la respiración y en el momento presente. Puedes hacer lo mismo al finalizar para volver a conectar con el presente.

Una vez que hayas empezado, intenta escribir siempre que tengas ocasión. No es necesario que lo hagas a diario, pero sí que lo tengas presente; lleva siempre contigo el deseo de hacerte palabra, deja que te susurre al oído. Que sea él, y no tú, quien negocie y pacte con el miedo.

En cualquier situación, pero sobre todo si estás practicando la escritura creativa, lee todo lo que puedas y más. Vuelve a los libros que fueron alimento en el pasado; llénate de versos. Busca historias que se parezca a la tuya en el fondo o en la forma. Por ejemplo, si estás escribiendo narrativa, investiga la técnica que hace del relato una obra de ingeniería literaria, donde todo está en el lugar que le corresponde.

Agua, sumergirse
Sime Basioli

5. LAS PRIMERAS LÍNEAS DEL DIARIO

“El acto de escribir es el acto de hacer el alma, la alquimia”

Gloria Alzandúa

Antes de comenzar cada fragmento del diario te recomiendo que escribas en el encabezado de la página la fecha y, si quieres, el lugar desde el que escribes. De esta forma te resultará mucho más sencillo revisar lo escrito y situar los acontecimientos en el tiempo cuando hayan pasado meses e incluso años.

Hay algunos cuadernos que ya vienen con la fecha impresa, para que escribas cada día a partir del 1 de enero. Personalmente no los recomiendo por dos razones: la primera, porque te obligan a empezar justo al comenzar el año; la segunda, y más importante, porque lo más probable es que no escribas todos los días; así que te quedarán huecos en blanco, con lo que desaprovecharás algunas páginas y no sentirás que hay una continuidad entre tus textos. Pero, como siempre, haz lo que a ti te sirva.

Tal como te comentaba antes, comenzar el diario escribiendo tus razones para hacerlo puede ser una buena forma de iniciar y mantener el hábito. Hay un ejercicio muy concreto que se llama por qué escribo que suele funcionar bastante bien. Aquí te dejo otras alternativas similares para las primeras líneas:

  • Formula tu deseo de escribir en el propio diario, tal como te venga a la cabeza. Escribe, por ejemplo: “quiero contar mi propia historia”; o “me gustaría escribir sobre…” o “lo que quiero contar es…”
  • Si aparece algún miedo, algún temor, alguna objeción, escríbela a continuación: “me gustaría contar mi propia historia, pero siento que…”
  • Continúa escribiendo sin pensar demasiado. Si aparecen recuerdos, escríbelos. Haz este ejercicio tantas veces como sea necesario, hasta que sientas que has encontrado el comienzo del hilo.

Mientras escribas tu diario, no te preocupes por la gramática o la otrografía. Olvida todo lo que aprendiste en el colegio o en otros espacios sobre la escritura. No hay normas, no hay límites. Escribe con total libertad, como si lo hicieras solo para ti. Parece redundate porque es lo que estás haciendo; pero a veces necesitamos recordar que nadie más leerá lo que hemos escrito, que es un espacio propio.

Date permiso para narrar lo que hay fuera y lo que hay dentro, lo que sucede en el mundo y en tu interior; llegará un momento en el que una cosa refleje la otra, y te sirvan para enriquecer tus textos. Y, lo más importante, tus vivencias. Sin expectativas, por el placer de escribir; si acaso, la de encontrarte aclararte y desneredarte.

Cuando no sepas sobre qué escribir, como comentaba antes, escribe tu dificultad para hacerlo; y cuando ni siquiera puedas escribir pinta, canta, cocina, baila, queda con alguien para charlar, haz fotos. Pero no dejes de expresarte ni de buscar los dobladillos de la realidad.

Amapolas

5.1. ¿Qué escribo en el diario?

Ahora que ya tienes las primeras líneas, puedes continuar escribiendo lo que quieras. Aquí te dejo algunas ideas para seguir tirando del hilo:

¿Sobre qué quiero escribir? ¿Qué está pasando en este preciso instante, o en este momento de mi vida? ¿Cómo me siento? ¿En qué estoy pensando ¿Qué quiero? ¿Qué siento?

Elige las cuestiones que te inspiren y te ayuden a conectar contigo, y responde a ellas en primera persona: Me siento… Estoy pensando que… Estoy dándole vueltas a… En este momento de mi vida… Justo ahora… Acoge lo que llegue sin detenerte, sin juzgarlo; déjate llevar, escribe.

Con la práctica, puedes formular tus propias preguntas para comenzar a escribir cada día.

Otras frases para empezar el diario cada día:

  • Me gustaría contar que…
  • Hoy me gustaría escribir sobre…
  • Empiezo este cuaderno porque…
  • Lo mejor del día ha sido…
  • Algo que me gustaría guardar de hoy: -piensa en imágenes y en detalles sensoriales, en cosas pequeñas-
  • Hoy he aprendido…
  • Me ha conmovido…
  • Algo que me ha hecho reír ha sido…
  • Me ha llamado la atención ver a una persona que…

Aquí tienes otros temas sobre los que puedes escribir; seguro que se te ocurren muchos más mientras los lees o mientras escribes:

  • Emociones, recuerdos, sueños.
  • Las canciones, libros y películas que vayas descubriendo o quieras conocer; las exposiciones que visitas; cualquier cosa relacionada con el arte que llegue a ti y te llame la atención. Explica qué te llama la atención de cada una y por qué, qué te mueve, con qué te conecta.
  • Lo que agradeces; no solo a la vida y a otras personas, sino también a ti.
  • Los logros, aunque sean pequeños; aquello que te propones y consigues.
  • Intenta escribir también lo alegre, lo que quieras guardar.
  • Recetas de cocina que has aprendido o experimentado, o que recuerdas.
  • Preguntas y aprendizajes: Cuando no sepas sobre qué escribir o quieras poner la mirada en el exterior, puedes escribir sobre cualquier cosa que, a lo largo del día, te rete a formular una pregunta, te haga sentir curiosidad. Puede ser algo que veas, que leas, que escuches; en la radio, o en una conversación fugaz en la calle.
  • Dibujos, bocetos, recortes… Puedes añadir al diario lo que quieras, como hacía Carmen Martín Gaite con sus Cuadernos de todo. También puedes utilizar esquemas o mapas mentales.

RECUERDA QUE:

Tu diario es tu espacio de libertad; no te juzgues ni por el contenido, ni por el tiempo que dedicas o no a la escritura. Simplemente, escribe y deja que la escritura te vaya acompañando en el día a día, hasta que se haga mirada inevitable sobre lo cotidiano. Cuando escribas, no te escondas; tú eres quien mejor sabe hasta dónde quiere y puede llegar, pero antes de evitarlo sin más, permítete lo que llegue. Deja espacio para escuchar al dolor, la tristeza, la ira.

Si estás practicando la escritura creativa, esa libertad y esa honestidad contigo te ayudarán a llegar a la verdad de tus historias; lo que, a su vez, facilitará que otras personas conecten con ellas. Escribí sobre esto aquí.

Diario de viaje, sombrero, cámara de fotos

5.3. Ejercicios para escribir un diario

Estos ejercicios de escritura personal también pueden servirte para alimentar el diario. Puedes repetirlos y experimentar con ellos tantas veces como quieras. Es una selección de los que propone Kathleen Adams en Journal to the Self, que tuve la suerte de explorar en profundidad en un curso con ella. Puedes leer un resumen de los ejercicios, 14 en total, en este enlace: 14 Writing Techniques for Your Journal .

COMPLETAR FRASES

Puedes utilizar las que te propongo en la sección anterior, o crear tu propia lista y utilizarla siempre que quieras explorar un tema determinado; también como disparadero para la escritura.

  • Lo que
    • siento…
    • quiero…
    • necesito…
    • me gustaría hacer…
    • me gustaría decir…
  • Si no tuviera miedo…

ESCRITURA LIBRE

Escribe sin parar y sin pensar durante 5 0 10 minutos (utiliza un cronómetro para no tener que estar pendiente de la hora) dejando que llegue lo que llegue, sin juzgar. También puedes escribir con los ojos cerrados, a mí me ayuda mucho.

LISTAS DE 100

Uno de mis ejercicios favoritos. 100 cosas que deseas, 100 cosas que te dan miedo, 100 formas de convertirte en un pájaro; lo que tú quieras. Ya lo conté en detalle en este artículo.

ALFAPOEMAS

Escribe una palabra, una frase o un verso a partir de una serie de letras escritas en orden consecutivo, o formando una palabra. Puede resultarte útil si te cuesta trabajo empezar a escribir, o te apetece jugar con las palabras. Te dejo como ejemplo el ejercicio que he hecho mientras escribía este artículo. No tiene mucho sentido, son frases sueltas con las imágenes que traía cada letra y la idea de invierno. Pero espero que te sirva de ejemplo para lanzarte a jugar con las palabras:

I nocencia en los recuerdos de la niñez

N ieve blanca a la que arrojar el daño hasta disolverlo, y recoger un lienzo

V erano que volverá; el ritmo de las estaciones

I maginación para crear mundos escuchando cuentos, mirando una hoguera

E sperar a que alguien venga frente a esa hoguera; ser refugio y a la vez encontrarlo

R umor del agua en la ventana, del viento en los cristales

N ueces y otros alimentos de invierno

O scuridad que invita a mirar dentro y encontrar allí la calma.

hoja cayendo (invierno)

INSTANTES

Otra de mis favoritas tanto para la escritura como para la relectura.  Consicste en capturar escenas del día; pequeños instantes de calma, de belleza; de conexión contigo, con otras persona o con la naturaleza, y escribirlos con tantos sentidos como puedas; como si fueran fotografías con palabras. Por ejemplo:

He salido al sol.

Hace días que lo siento: se me ha metido dentro una prisa dentada como la rueda de un reloj, que acelera el corazón y encoge el estómago. Ayer recorrí mis costillas con los dedos; están rígidas, cerradas hacia adelante. Igual que la mandíbula. Todo cerrado, inclinado, casi postrado. Dando más de lo que puedo y quiero.

Parar, respirar. Abrir las costillas. Respirar, dejar que el sol inunde el cuerpo. Aunque siga sonando el tic tac de la rueda.

Un cormorán bate las alas contra el mar mientras lo sobrevuela; está capturando un pez. Ese sonido rítmico, el ruido de sus alas en el agua, lo para todo. Ahora sí; ahora, en calma.

Paisaje (Vilanova de Arousa)
Lidia Luna, 13 noviembre 2018

Lo que me llamó la atención y dio pie al resto del texto fue el sonido del cormorán al batir las alas en el agua; el resto llegó después, a partir de esa imagen.

CARTAS NO ENVIADAS

Podemos elegir como interlocutoras a personas con las que, por cualquier motivo, no podemos comunicarnos de una forma tan íntima. Porque se fueron para siempre, porque no sabemos dónde encontrarlas o, simplemente, porque no nos parece oportuno. En cualquiera de estos casos puede ser beneficioso y clarificador ordenar y expresar nuestros sentimientos como si nos dirigiéramos a ellas. Puedes encontrar las orientaciones detalladas aquí.

PERSPECTIVAS

Consiste en cambiar el punto de vista de una situación. Por ejemplo, imaginando que una cámara está observando todo desde arriba y narrar lo que sucede desde diferentes ángulos y perspectivas; escribiendo en tercera persona, o poniéndote en el lugar de la otra persona de forma literal, como si fuera ella la que experimenta una determinada escena. O jugar a imaginar diferentes posibilidades: ¿Qué pasaría si…?”

Diario con dibujos

Las semillas de la escritura

¿Te gustaría iniciar o retomar el hábito de la escritura? Las semillas de la escritura es un cuadernillo en pdf con 30 propuestas para que puedas escribir unas líneas cada día a partir de tu propia experiencia ayudándote de tu imaginación, memoria y percepción.

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6. Revisar lo escrito y mantener el hábito

“Uno no tiene un cuaderno para registrar todo lo que pasa o lo que piensa. Uno escribe para acercarse a la verdad. Sobre todo, para recordar quién es. Siempre se ha dicho que es una buena idea amar a la persona que fuiste, sin arrepentimiento; y para hacerlo, necesitas mantenerte en contacto con ella. Releer los cuadernos es lo que te permite hacerlo. “

Joan Didion, Sobre escribir en cuadernos vía Gabinete de Curiosidades vía Silvia Barcenilla

Lo primero de todo, si llevas varios días escribiendo, ¡enhorabuena! Reconoce tus avances y tu compromiso con la escritura.

Puedes volver a leer lo que has escrito después de varios días o varias semanas y responder a estas preguntas que te propongo, no como si fueran un formulario sino con el objetivo de que puedan orientarte:

  • ¿Cómo ha cambiado mi forma de escribir y de observar desde que empecé el diario?
  • ¿Cuáles son las cosas, emociones, fenómenos, que más te llaman la atención?
  • ¿Cuáles son las palabras que más se repiten en mis textos? ¿Qué dicen de mí? ¿De dónde vienen? ¿Puedo explorarlas por separado, escribir un pequeño texto para cada una de ellas o a partir de ellas?
  • ¿Cuáles son las semillas de mis historias, aquellas experiencias sobre las que me gustaría escribir un cuento o un poema?

Además de revisar lo escrito puedes escuchar, acoger y respetar los silencios entre una entrada y otra; los períodos de tiempo en los que no escribiste nada.

Mantener el hábito de la escritura

La escritura es un complemento sencillo, económico, eficaz y portátil en cualquier proceso creativo y/o de autocuidado; pero solo si tú también te comprometes con ese proceso desde lo más profundo de tu ser.

Al mismo tiempo, sé flexible contigo en cuanto al cómo, el dónde, el cuándo y el cuánto. Que la escritura no se convierta en una obligación más en tu rutina semanal con la que sientes que no estás cumpliendo. Tampoco tienes que contarlo todo; tampoco ser absoluta y rigurosamente fiel a los hechos. Tú escribes, tú decides.

Si tienes muchas cosas que contar o que reflejar en el diario pero no dispones de mucho tiempo, primero haz una lista, anota una serie de palabras, y vuelve a ellas más adelante para desarrollarlas en detalle y buscar las semillas de las que te hablaba en el párrafo anterior.

Tu relación previa con la escritura

Si sientes muchas reticencias a empezar a escribir o te bloqueas; si lo has intentado otras veces pero no lo has conseguido, piensa cuál es tu relación previa con la escritura. Durante la época escolar ¿lo vivías como una tarea desagradable? ¿Sentiste que alguien te ponía en ridículo o te exigía demasiado en lo relativo a las tareas escritas? ¿Tenías un diario o una colección de cartas no enviadas y alguien vulneró tu privacidad?

Inspiración

En general escribimos mejor a partir de una propuesta concrenta, sobre todo al principio; por eso me he detenido en las diferentes opciones. Cuando hayas explorado todas, puedes explorar nuevos recursos o buscar tus propias pautas para comenzar a escribir; pero ten en cuenta que siempre te resultará más sencillo partir de algo concreto, que proponerte escribir en abstracto.

Presta atención a las actividades que te facilitan la escritura y cuáles hacen que sea más difícil. En la medida de lo posible busca aquellas que te ayuden a conectar contigo, a escucharte; a encontrar nuevos caminos y, a la vez, a no perder nunca de vista el que te lleva de vuelta a casa, para cuando necesites fortalecerte. Cuando tengas dudas pregúntale a tu cuerpo; él sabe.

Además de escribir desde tus emociones, sensaciones, recuerdos etcétera, obsreva siempre el mundo y las personas que te rodean. Intenta hacerlo desde la ingenuidad (otra palabra que tiene mala fama) y el asombro; como si vieras y experimentaras por primera vez, sin juicios predeterminados. Al final de este artículo te cuento algo más sobre esto.

Cuidado y autocuidado

  • A veces nos resulta difícil dedicar tiempo y energía a las tareas relacionadas con la creatividad y el autocuidado: sentimos que somos egoístas, que no merece la pena o que no tenemos nada importante que decir.
  • También es posible que compagines el autocuidado con los cuidados y tengas que hacer malabares para llegar a todo. En ese caso, quizá te ayude el artículo sobre los cuidados y el autocuidado.
  • Ten paciencia. Al principio parecerá lento, difícil; pero después todo será más fluido y llegará un momento en el que será la escritura qien te llame.
  • Tú eres quien mejor sabe, o irá sabiendo, qué ámbitos hay que equilibirar. Te darás cuenta de cuándo estás dejando demasiado espacio a las experiencias desagradables o, por el contrario, cuándo estás flotando en un mar de nubes sin tocar el suelo. Busca los ejercicios y propuestas que te ayuden a conectar con el otro lado, a ir buscando el equilibrio.

Si quieres recibir una mini guía con orientaciones prácticas y un ejercicio de escritura para empezar hoy tu diario, puedes suscribirte aquí:

7. TIPOS DE DIARIOS

Hay tantos diarios como personas. En este artículo me he centrando en la escritura personal en sentido amplio, pero aquí tienes otras ideas y aplicaciones para explorar:

  • El diario como recurso para el autocuidado: anota cada día una acción de autocuidado que hayas completado y cómo te sientes. Puedes usarlo con cualquier hábito que quieras introducir o cambiar. Si te apetece profundizar en la escritura como recurso para el autocuidado, hecha un vistado al pograma Escritura y autocuidado.
  • Diario autobiográfico: escribe cada día al menos un recuerdo. A medida que avances en la escritura, es probable que te resulte difícil parar; un recuerdo trae a otro y, además, cuando estamos ejercitando la memoria emocional, es probable que los recuerdos te asalten, también, durante, el día. Si quieres profundizar en la escritura autobiográfica, quizá te interese Contar tu propia historia.
  • Diario de un cuerpo: en su libro del mismo nombre, Erika Irusta propone una serie de preguntas para empezar a escribir desde el cuerpo.
  • Diario de emociones: puedes seguir el método que propone Leslie Greenberg en su libro Emociones, una guía interna u otro que te resulte familiar y accesible para ir creando un mapa de tus emociones mediante el registro de la experiencia diaria.
  • Diario de la profesora o el profesor: En The Teacher’s Journal, Kathleen Adams y Marisé Barreiro (ambas mencionadas antes) proponen un método de autoconocimiento y autocuidado para personal docente a través de la escritura.
  • Diario del o la cooperante: me gusta llamarlo diario de campo, usando un símil con el que se usa en otras profesiones que también trabajan sobre el terreno. Las personas que trabajan en cooperación o acción humanitaria tienen muchas experiencias que contar, muchas preguntas y aprendizajes que compartir. En el taller online Escribir desde terreno exploramos en profundidad la escritura y la comunicación en este ámbito y, en general, en las profesiones relacionadas con el ámbito psicosocial.
  • Diario de emprendimiento: el diario es una gran compañía en el seguimiento de cualquier tipo de proyecto. Además de recordar las metas y registrar los avances, nos proporciona material para la comunicación y nos permitirá sintetizar aprendizajes. También nos servirá para visibilizar los hallazgos y no solo los errores, que es donde ponemos el foco habitualmente.
  • Diario de viajes: lugares visitados, personas a las que vas encontrando y mil cosas más.
  • Cuaderno de campo propiamente dicho: consiste en registrar lo que se observa en la naturaleza. Yo lo experimenté en un taller con las abejas sabias de Apiario. Aunque me costó trabajo centrarme solo en lo descriptivo, después me ayudó mucho y sigo practicándolo siempre que puedo.
  • Diario de sueños: para llevar un registro de lo que sueñas cada noche. Te ayudará a recordarlos y aprovechar el potencial de sus símbolos y, al hacerlo, estarás fortaleciendo tu intuición. Aquí puedes ver mi propuesta para llevar tu propio diario de sueños.
Cactus de colores

8. Recomendaciones finales y recursos para alimentar el diario

«Me costó bastante darme cuenta de que existen dos tipos de escritura; la que tú escribes y la que te escribe a ti. La que te escribe a ti es peligrosa. Vas a donde no querías ir. Miras donde no querías mirar».

“Jeanette Winterson en ¿Por qué ser feliz cuando puedes ser normal? — vía Elsa Veiga” – Citado por Rocío Martínez

¿Compartir lo escrito?

Hasta este momento hemos hablado del diario como un espacio tuyo, propio, personal. Pero es posible que en él encuentres textos que te apetezca compartir con otras personas de forma privada, publicando en un blog o en redes sociales.

Si lo sientes así y te apetece, seguro que muchas de tus experiencias personales ayudarán a otras personas; se verán reflejadas en tus historias y les resultará más sencillo identificar y nombrar lo que les sucede. Pero recuerda que siempre eres tú quien decide hasta dónde quieres compartir. Puedes hacerte también estas preguntas, si te ayudan:

Si quiero compartir pero no lo hago, ¿qué me frena? ¿qué me da miedo? ¿de dónde viene ese temor? ¿qué sería lo peor que podría pasar? ¿y lo mejor?

Cuando comparto mis textos, ¿en qué cambia mi escritura? ¿para qué me sirve? ¿cómo valoro la experiencia?

Revisar y (re)escribir tu historia de vida

Una cosa es revisar y reescribir tu historia de vida, y otra distinta escribir un diario. Si quieres ordenar tu historia de vida, tu narrativa personal, necesitarás otros recursos. Te cuento más sobre esto en el artículo cómo empezar a escribir tu historia de vida.

¿Necesitas un apoyo?

Si sientes que por cualquier motivo necesitas un acompañamiento o una estructura más profunda, busca una persona especializada en procesos de cambio. Tú eres quien mejor sabe hasta dónde quieres y puedes llegar. Los beneficios de la escritura se multiplicarán, y el placer que te dará haber conseguido reflejarte en palabras y entenderte también merecerá mucho la pena.

Si estás prácticando la escritura creativa también puedes buscar apoyo para escribir: otras personas de tu entorno con las que compartas el amor por la escritura, cursos y talleres literarios online o presenciales. Para saber lo que ofrezco en Narrativas y otras lunas, empieza por aquí.


Las semillas de la escritura

¿Te gustaría iniciar o retomar el hábito de la escritura? Las semillas de la escritura es un cuadernillo en pdf con 30 propuestas para que puedas escribir unas líneas cada día a partir de tu propia experiencia ayudándote de tu imaginación, memoria y percepción.

Enlaces recomendados



Para terminar…

¿Cuándo vas a empezar tu diario o cuaderno de todo? ¿Qué te parece si dedicas ahora cinco minutos a escribir cuándo, dónde, cómo y por qué? Y si te apetece, cuéntame en los comentarios 🙂


Gracias por tu visita, y ¡hasta pronto!

23 comentarios

  1. Hola, Lidia. Me ha gustado mucho este artículo de tu blog. Es detallado en el tratamiento del tema y generoso en referencias. Me ha ayudado. Te lo agradezco y felicito por él. También, me ha sido grato encontrar tu blog; te seguiré leyendo. Gracias. Saludos.

  2. Es indiscutible la funcionalidad del diario, sirve como un confesionario confiable, porque no saldrán las verdades, los secretos, los miedos personales tergiversados como los cuenta la gente que les confiamos.
    Tuve la oportunidad de registrar durante año y medio, todo el proceso de enfermedad que tuvo mi hija, de describir a detalle el profundo dolor que se siente el ir perdiendo lentamente a un ser que tanto se ama, fue doloroso hacerlo, pero escribir todos los días mitigaba ese pesar…

    1. Jose ❤ Muchas gracias por compartir; me alegra que la escritura te trajera una pizca de consuelo en esa vivencia tan dura. Al leerte he recordado “El año del pensamiento mágico”, de Joan Didion, y las creaciones de Doménico Chiappe. Tu experiencia puede ayudar y acompañar a otras personas que pasan por algo similar. Un abrazo y gracias de nuevo.

    1. ¡Hola! Se llama “entrada” al texto que escribes en cada una de las sesiones de escritura. Es recomendable poner la fecha si necesitas saber un tiempo después en qué momento escribiste cada cosa.

    1. ¡Hola, Isabella! Muchas gracias por tu interés 🙂 En este artículo tienes muchos ejercicios y orientaciones prácticas para comenzar; pero si prefieres hacerlo con un pequeño acompañamiento por mi parte, puedes sumarte a este tallercito: https://narrativasyotraslunas.com/llenar-cuadernos/ Si tienes cualquier duda, en la sección de contacto de la web encontrarás mis datos. Sea como sea, ¡que lo disfrutes mucho! Es una práctica muy enriquecedora.

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