En este artículo te cuento algunas claves para que puedas utilizar la escritura y las narrativas en tus intervenciones o acompañamientos en el ámbito social, sanitario, educativo o comunitario.

Es la continuación de otro en el que presento el marco teórico que, partiendo de la psicología constructivista, integra otras técnicas, recursos y saberes. Puedes leerlo aquí: ¿narrativas terapéuticas o terapia narrativa?

 

¿Qué es el enfoque psicosocial?

 A diferencia de modelos médicos o psicologicistas en los que el peso de la salud está en una sola causa o factor, el enfoque psicosocial tiene en cuenta todas las áreas de la existencia humana: biológico, psicológico, social, ocupacional, relacional, reconociendo que los determinantes de la salud y la enfermedad dependen de múltiples causas.

El modelo psicosocial entiende que, dentro de esta multicausalidad e interrelación, cada persona tiene un papel en el mantenimiento de la salud o el bienestar, que puede aumentar cuando disminuimos los factores de riesgo y aumentamos los de protección. 

Además, estos factores pueden estar presentes en diferentes esferas de la experiencia: individual, familiar, social, comunitaria, global; lo que hace que sea más sencillo intervenir en unos que en otros y, al mismo tiempo, nos permite mejorar o prevenir la salud global y hacerla más equitativa con una serie de acciones.

Por ejemplo, si la realización de acciones al aire libre es un factor de protección, podemos alentar a una persona a caminar cada día hablándole de los beneficios. En algunos casos será suficiente con esto; en otros, tendremos que acompañarla los primeros días para que pueda integrar el hábito en su vida cotidiana. En otros, quizá lo único que necesite sea una ropa adecuada, o conocer las rutas que hay cerca de su domicilio; o evaluar si se siente segura caminando sola.

Otro ejemplo: en un barrio en el que conviven diferentes etnias y culturas, probablemente sea más eficaz realizar acciones comunitarias para recordar el pasado migrante de todas las personas o fomentar la interacción y el intercambio cultural que intentar un cambio individual o diseñar acciones meramente informativas.

Además, la perspectiva psicosocial pone el foco en la salud y el fortalecimiento de las capacidades. Para lograrlo hace un análisis de las áreas que se pueden mejorar: por ejemplo, el autoconcepto o la capacidad de mantener un trabajo remunerado. Pero también recoge las fortalezas, como el interés por una actividad artística, la participación en actividades comunitarias o la experiencia laboral previa.

De esta forma, el enfoque psicosocial potencia la responsabilidad y la agencia de cada persona, permitiendo que sea activa en su salud y bienestar; pero, al mismo tiempo, reconoce e integra la importancia de otros factores que requieren acciones en una esfera más amplia. 

 

 

 

¿Qué es acompañar?

Acompañar es estar presente para la otra persona; escucharla, tenerla en cuenta y caminar a su lado.

En este artículo y, en general, en mi trabajo diario, utilizo la palabra acompañamiento porque, desde mi marco teórico y mi experiencia, refleja mejor la relación que se establece entre la persona o equipo que evalúa y diseña la intervención psicosocial y la persona o comunidad que la recibe.

En el acompañamiento hay un diálogo y un consenso, un “caminar al lado de”: consideramos a la otra persona experta en su propia vida, y vamos compartiendo con ella diferentes recursos para fortalecer las capacidades que ya tiene y aprender otras nuevas; ofreciéndole información y recursos para que conozca, también, sus vulnerabilidades.

De esta forma, se produce un cambio en la situación actual y, al mismo tiempo, la posibilidad de manejar cada vez con más eficacia las dificultades que aparezcan en el futuro.

Escritura personal y narrativas en el ámbito psicosocial

¿Qué es la escritura personal o escritura terapéutica?

La escritura es una disciplina artística que, como tal tiene valor por sí misma y puede ser un fin: podemos escribir para crear un texto armónico, que transmita belleza; por ejemplo, cuando escribimos poesía. O para armar una historia ficticia, autobiográfica o que mezcle ambos registros; un relato que se entienda y que permita a quien lo lea sumergirse dentro de él, olvidar que está leyendo y transportarse durante unos instantes a ese espacio liminal que es el imaginario colectivo.

La escritura es, además, un recurso expresivo nos permite nombrar la experiencia para, de esta forma, poder organizarla y regular las emociones asociadas a ella. Es en este caso cuando hablamos de escritura personal, expresiva o terapéutica y deja de ser un fin para convertirse en un medio, un recurso. Hay muchos estudios que recogen los beneficios de la escritura expresiva; puedes leerlos en este artículo. Pero, para que sea eficaz y provoque cambios duraderos, cuando la utilicemos en un acompañamiento o intervención tiene que tener detrás una lógica, un propósito o un marco teórico que la sustente.

El enfoque narrativo de la experiencia

De todos los conceptos que menciono en el artículo anterior, creo que el enfoque narrativo de la experiencia es el punto de partida que mejor puede ayudarnos a aplicar la escritura como recurso en la psicoterapia individual y grupal. Se trata de un enfoque que, tomando como referencia el constructivismo u otras aportaciones postracionalistas, engloba perspectivas y técnicas de diferentes disciplinas coherentes con una determinada visión del ser humano como constructor de historias y significados.

Este enfoque pone en el centro la subjetividad y el proceso de cambio como una experiencia co-construida, en la que la persona del terapeuta es experta en las técnicas y procesos y la persona a la que acompaña es experta en su propia vida. Uno de los objetivos de la psicoterapia es integrar la experiencia fragmentada por el trauma o el dolor; devolver a la persona la percepción de sentido y continuidad. Leer hacia atrás cuando es necesario para seguir, así, escribiendo hacia adelante; proyectándonos en el futuro y lo porvenir.

En este marco teórico la escritura es un recurso económico y sencillo de usar que permite acceder a la experiencia, ordenarla e integrarla; así como mejorar la percepción corporal y la consciencia de las diferentes emociones, lo que facilita su expresión y regulación.

Taller creativo y artístico intervención social: tres mujeres creando

Retos de la escritura en la intervención social y terapéutica

Cuando queremos lograr estos beneficios a partir de la escritura personal, ya sea usándola en nuestra propia práctica o acompañando a otras personas, encontramos algunas dificultades:

La escritura es un hábito, una práctica y, como tal, consolidarla requiere un compromiso y un esfuerzo. A muchas personas les gustaría escribir de forma regular pero no lo hacen porque no saben cómo empezar a escribir cada día, o esperan a que llegue la inspiración para hacerlo, o creen que escribir requiere mucho tiempo y ni siquiera se sientan a intentarlo. En el artículo Cómo empezar a escribir un diario encontrarás orientaciones y ejercicios concretos para iniciar y mantener el hábito de la escritura.

Quienes sí escriben o utilizan la escritura en sus acompañamientos, a veces lo hacen siguiendo pautas muy específicas que no se adaptan a sus necesidades. Por ejemplo, muchas personas encuentran útil el ejercicio de las páginas matutinas; sin embargo, a otras les resulta difícil escribir por la mañana porque no tienen tiempo, sienten que su estado de ánimo no favorece la práctica, o se agotan intentando dedicar 40 minutos diarios a la tarea que, de este modo, acaba convirtiéndose en una obligación más y pierde su sentido.

Lo mismo sucede cuando alguien en psicoterapia, con la mejor intención, propone ejercicios de escritura muy estructurados para explorar o resignificar la pérdida; o cuando sugiere escribir un diario sin ofrecer recursos para solventar las dificultades que van apareciendo como, por ejemplo, la preocupación por la privacidad.

Por eso me parece fundamental tener siempre presente cuál es el marco teórico que sustenta la intervención o la práctica; qué es lo que queremos conseguir. Y, a partir de ahí, adaptar las propuestas a las necesidades de cada persona y también a los recursos con los que ya cuenta para fortalecerla como la conexión con la experiencia cotidiana, con la imaginación o la memoria; la delimitación de un lugar y un momento del día para escribir acorde a su disponibilidad y preferencias. En ese sentido, me parece fundamental que la persona que acompaña o propone haya experimentado primero con las técnicas. De esta forma será consciente de las dificultades y le será más difícil proponer alternativas para adaptar las herramientas a la persona, y no al revés.

Escritura y narrativas en las intervenciones grupales y comunitarias

Escribir en comunidad ayuda a mantener el hábito, a combatir las voces críticas y a tener un espejo en el que nos vemos reflejadas: cuando otra persona deshilvana su experiencia o sus recuerdos, ofrece a quien lo recibe un mapa para seguir el hilo de sus propias palabras. Escucharnos y leernos nos ayuda a nombrar la experiencia; también nos permite conocer los recursos que otras personas han puesto en marcha para manejarla. En el caso de los grupos o comunidades naturales puede haber otros beneficios, como recuperar el sentido de identidad o la memoria comunitaria. De esta forma, será más sencillo deconstruir las narrativas dominantes y evocar alternativas, o construir narrativas de reparación y resistencia.

En estos casos es especialmente importante tener en cuenta que la escritura es un recurso, pero hay otros que se sustentan en el enfoque narrativo de la experiencia y pueden ser incluso más útiles si las comunidades están familiarizados con ellos y los usan de forma natural: por ejemplo la oralidad, el tejido, otras prácticas comunitarias. A partir de cualquiera de ellas podemos crear un taller de escritura personal, creativa o autobiográfica con unos objetivos concretos, adaptados a la experiencia y necesidades de cada colectivo en particular. También podemos incorporar los recursos que ofrecen la escritura y las prácticas narrativas en nuestras intervenciones y acompañamientos.

Cuaderno forrado en fieltro escritura

Guía La escritura y las narrativas como recurso en el acompañamiento psicosocial

A continuación encontrarás una guía para conocer tu punto de partida y, desde él, empezar a utilizar la escritura y las narrativas en tus intervenciones. 

 

 

En esta guía comparto algunas orientaciones para que tú también puedas empezar a utilizar la magia de las historias, del deseo de hacernos palabra, en tus intervenciones grupales e individuales.

Acompañar con la escritura y las narrativas en la intervención social, en el acompañamiento psicosocial o en psicoterapia

Si quieres profundizar en este tema, puedes unirte al programa Acompañar con la escritura y las narrativas, una certificación propia en la que te cuento lo que hago y cómo lo hago para que puedas incorporarlo a tus propias prácticas y saberes.

 

¡Gracias por leerme! ¿Te apetece compartir tu experiencia o preguntarme algo? Te leo en los comentarios. Puedes conocer mejor mi experiencia en este ámbito aquí. Para contactar conmigo, aquí.

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