Todos los años por estas fechas compartimos mensajes diferentes y a menudo contradictorios sobre la importancia de formular propósitos y objetivos, o los riesgos de hacerlo. Personalmente es una práctica que me ayuda mucho; me sirve de guía durante todo el año y me ayuda a tener foco y claridad:
¿Hacia dónde me dirijo? ¿Qué me gustaría conseguir en los diferentes ámbitos de mi vida?
El tiempo y la energía son limitados y no puedo ponerlos en todo; con el paso de los años he aprendido a discernir qué es importante y valioso para mí. Conozco mi deseo, me apropio de él, y por eso me sirve de guía; lo cuido y me cuida. Cuando no lo consigo a veces me enfado y me entristezco; pero puedo salir de ese lugar para llegar a otro desde el que formular sueños nuevos, o aceptar el vacío y el dolor que aparecen cuando no encuentro ninguno que acariciar.
Así que mi invitación, si te sirve y te ayuda, es que encuentres tu verdadero deseo y después veas si depende de ti lograrlo; si es amable contigo, con tus tiempos. Si está a favor de la vida, más allá de ti; si de verdad es tuyo, o alguien lo puso ahí antes de que llegaras. Si sientes alegría al cuidarlo, independientemente del resultado, o solo tapa un vacío.
Probablemente conocer el propio deseo sea una tarea de vida, profunda y en constante revisión. Pero ¿qué mejor faro que aquel que te alumbra desde dentro?
Puedes probar a escribir sobre tu deseo en este momento durante cinco minutos seguidos, dejándote llevar por lo que estás sintiendo en este momento; sin jugarte, sin pensar demasiado. También puedes dedicar un poco más de tiempo, preparar el espacio con música y velas o lo que te ayude a pausar durante unos minutos las obligaciones de lo cotidiano. Cerrar los ojos, moverte al son de la música, soltar la exigencia de tener que hacer y detenerte en el estar. Desde ahí, prestar atención a tu respiración y abrir un espacio en tu interior; dejar que el deseo lo vaya ocupando, de a poquitos, y seguir escuchando para después bailarlo, dibujarlo o llevar a tu cuaderno las palabras que se van presentando.
Si te apetece tener un espacio propio compartido o en soledad para revisar el camino andado y explorar tu deseo, nos vemos en ABRIR ESPIRALES; quedan poquitos días para que puedas sumarte y disfrutar el directo o la grabación. Incluso si no puedes estar, tendrás los materiales para regresar a ellos siempre que quieras.
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