En este fragmento radiofónico El sentido de la vida Juan José Millás y Carlos García Gual exponen la idea de que las narraciones y los mitos son herramientas imprescindibles para desarrollar un sentido de la propia existencia, como personas individuales y como grupo. La grabación corresponde a la edición del programa Hoy por Hoy del día 10 de octubre de 2014 y la encontré gracias a Pep Bruno, que transita los caminos de la tierra oral.

Juan José Millás afirma que la cultura, las humanidades, han ayudado siempre a encontrar el sentido de la vida. La primera representación del mundo le vino al ser humano a través de los cuentos que se contaban al amor de la lumbre, antes de la palabra escrita. Esos cuentos entretenían, pero su función fundamental era transmitir a quienes escuchaban una una representación de su mundo.
Carlos García Gual añade que para encontrarle un sentido a la vida son fundamentales la memoria, la reflexión y la imaginación. En una sociedad como la actual
vivimos muy presionados por representaciones ajenas; la gente tiene poco sentido de que cada uno de ellos debería darle un sentido a la vida. Quien no conoce un poco el pasado, quien no sabe algo de historia, quien no conoce la literatura; quien se atiene sólo al presente no deja de vivir en un mundo estrechamente limitado, porque las humanidades, sobre todo la literatura, la poesía…lo que hacen es que abren ventanas a través de las que la existencia no es sólo la vida cotidiana […]. Debemos defender la cultura como un aporte a la felicidad, la imaginación es muy importante para la vida.
Escuchándolos, me he acordado de un fragmento de El hilo azul, en el que Gustavo Martín Garzo defiende también que
la imaginación no es una huida, sino un compromiso más profundo con la realidad del mundo. La literatura no tiene que ver con la evasión: debe transformarnos y, sobre todo, debe devolvernos al mundo. La imaginación nos enseña a vivir: es un puente entre nosotros y las cosas del mundo. Por ella aprendemos que la vida es más amplia de lo que nuestras razones y conveniencias creen, y que la misión del arte es devolvernos esas posibilidades incumplidas, contarnos esa otra historia de lo que somos, y ayudarnos a soportar el dolor debido a la separación (…). Necesitamos historias que nos cuenten lo que es el mundo y lo que pasa en nuestro interior, pero sobre todo que nos hablen de lo prodigioso, porque la vida es indisociable de la espera y la realización del prodigio.
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