A veces, las personas que llegan a los talleres sienten que no lo hacen; empiezan con esta frase: “no escribo porque…” pero después se dan cuenta de que sí lo hacen; lo están haciendo aquí, en este momento que compartimos. Lo hicieron durante su infancia, mientras alguien repetía cifras blancas sobre una pizarra negra; al llegar a casa después del colegio, cuando intentaban describir aquella mirada robada a las páginas gruesas de un diario con candado.

Siguieron haciéndolo después del primer desencuentro, de la primera alegría conquistada con su ilusión y su trabajo; en aquellos instantes en los que el mundo parecía detenerse, o cuando querían acelerar el reloj. Lo hicieron hace poco, en ese instante en que la lluvia golpeaba la ventana y el teléfono seguía en silencio. Cada vez que encuentran una foto antigua. Cuando miran al cielo intentando recordar los nombres de los planetas; o pensando en aquel avión que un día les llevó a lugares más cálidos, más lentos, de colores desconocidos.

Escribimos porque necesitamos hacernos palabra, porque la escritura nos ayuda a conocernos; hay mucha verdad en la escritura. Nos ayuda a conectar con las emociones, los afectos, la memoria, la imaginación y con el mundo. Escribimos también para comunicarnos con otras personas, para dar algo a los demás. Y escribimos para recordar a quienes no están, hacer justicia, dar vida a las historias que nos habitan.

Al escribir y al crear traemos a la luz lo que ya está con nosotras, con nosotros. O iluminamos una zona oscura y, al hacerlo, permitimos que bailen las sombras creando un lenguaje nuevo, formando palabras, dando vida a los personajes que pedían espacio para narrar sus historias. Que, en el fondo, son las nuestras; las que fueron creciendo durante nuestra infancia, las que acompañaron a tus ancestros antes incluso de que tú llegaras; las que volaban desde los libros que leías.


Éstas son las primeras líneas del Manual llenar cuadernos: cómo iniciar y mantener el hábito de la escritura personal. Está disponible, también, en formato curso; para las personas que prefieran hacerlo en comunidad y con mi acompañamiento.

Sé que son malos tiempos para la lírica; nos cuesta leer, escribir, concentrarnos. La prioridad en este momento es la supervivencia física y emocional; tuya, de las personas a las que quieres. La preocupación por el futuro económico y todo lo que vendrá después. Pero también sé que la escritura, el autocuidado y la creatividad son los mejores recursos para salir adelante; para seguir teniendo la posibilidad de leernos hacia atrás, de no perder la conexión con nuestra historia personal; y, al mismo tiempo, ser capaces de proyectarnos en el futuro.

En Narrativas y otras lunas encontrarás siempre muchas propuestas gratuitas para iniciar y mantener la práctica de la escritura; encontrarás, incluso, algún enredo a tres manos para escribir en tiempos difíciles. Pero si quieres dedicarle un poco más de tiempo y energía al hábito de la escritura personal, y tienes los recursos materiales para hacerlo estos días, éstas son las novedades:

¡Hasta pronto!

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