Escribí estas líneas hace unos días, justo después de la celebración de la Candelaria el 2 de febrero; abrazando la última mitad del invierno que, al menos a mí, siempre se me hace larga y árida; no tanto por el frío como por los días grises, la lluvia constante. Aun así, agradezco sus tesoros: los de esta temporada y los de la lentitud, la mirada adentro; al fondo de nosotras mismas, donde aún brilla la chispa que prenderá la primavera; esa que incluso ahora se despierta cuando el sol, que ya tiene la suficiente fuerza como para caldear los huesos, asoma unas horas entre las nubes.  

¿Cómo es para ti el invierno? ¿Qué personas, actividades, sonidos, encienden tu hoguera interior?

Hace algunos años, cuando empecé a entender y acompañar la rueda del año, descubrí que cada estación tiene su tarea, su desafío y su regalo; para sentir el corazón latir con fuerza en la primavera necesitamos avivar los rescoldos en invierno; pero también habitar la oscuridad, la quietud, la levedad del latido que apenas reverbera.


Mi propuesta para ti es que mires a tu alrededor: ¿cómo está tu casa en este momento del año? ¿cómo están las calles? ¿qué ves por la ventana? ¿cómo te mueves? ¿cómo se mueven otras personas a tu alrededor, cerca de ti? ¿Escuchas y ves a los pájaros? ¿Cómo están los árboles, las plantas, las flores? Dedica unos días a observar; anota en tu cuaderno todo aquello que llame tu atención. Después puedes volver a leer lo que has escrito y seleccionar una o varias imágenes para observarlas más en detalle; vuelve a escribir sobre ellas, amplíalas con tus palabras como lo harías con una lupa sobre una fotografía. Como complemento a esta propuesta puedes, también, llevar la mirada a tu interior; al mismo tiempo que observas todo lo que te rodea, o en una segunda fase. ¿Qué sensaciones están presentes? ¿Qué emociones aparecen? ¿Cómo estás? ¿Qué necesita tu cuerpo? También puedes hacer el ejercicio del paisaje interior que encontrarás al final de esta entrada.
 


Si quieres compartir un espacio para sentir, escribir y crear al ritmo de tu cuerpo y de la naturaleza, nos vemos en Autocuidado cíclico; encontrarás inspiración, propuestas de escritura, lecturas recomendadas, comunidad y mucho más.

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