Este artículo es la continuación de ¿narrativas terapéuticas o terapia narrativa? En él presentaba el marco teórico en el que integro la escritura y las narrativas como recurso en el acompañamiento psicosocial. En este segundo texto ofrezco orientaciones concretas para utilizar la escritura y las narrativas en la intervención social.
Qué es el acompañamiento psicosocial?
El enfoque psicosocial tiene en cuenta todas las áreas de la existencia humana (ocupacional, relacional, actividades de la vida diaria, etc), así como los factores que influyen en ellas. Se utiliza a menudo en la intervención social para evaluar y mejorar el funcionamiento de esas áreas: el bienestar o malestar que sentimos con respecto a ellas y la medida en que nos permiten adaptarnos a nuestro entorno y desenvolvernos en él de una forma satisfactoria.
Además, la perspectiva psicosocial pone el foco en la salud y el fortalecimiento de las capacidades. Para lograrlo hace un análisis de las áreas que se pueden mejorar: por ejemplo, el autoconcepto o la capacidad de mantener un trabajo remunerado. Pero también recoge las fortalezas, como el interés por una actividad artística, la participación en actividades comunitarias o la experiencia laboral previa.
En este artículo y, en general, en mi trabajo diario, utilizo la palabra acompañamiento porque, desde mi marco teórico y mi experiencia, refleja mejor la relación que se establece entre quien evalúa y diseña la intervención, que puede ser una sola persona o un equipo completo, y quien la recibe: una comunidad, una organización o, de nuevo una sola persona.
En el acompañamiento hay un diálogo y un consenso, un “caminar al lado de”: consideramos a la otra persona experta en su propia vida, y vamos compartiendo con ella diferentes recursos para fortalecer las capacidades que ya tiene y aprender otras nuevas. Ofreciéndole información para que conozca, también, sus vulnerabilidades. De esta forma, se produce un cambio en la situación actual y, al mismo tiempo, la posibilidad de manejar cada vez con más eficacia las dificultades que aparezcan en el futuro.
Escritura personal y narrativas en la intervención social
¿Qué es la escritura personal o escritura terapéutica?
La escritura es una disciplina artística que, como tal tiene valor por sí misma y puede ser un fin: podemos escribir para crear un texto armónico, que transmita belleza; por ejemplo, cuando escribimos poesía. O para armar una historia ficticia, autobiográfica o que mezcle ambos registros; un relato que se entienda y que permita a quien lo lea sumergirse dentro de él, olvidar que está leyendo y transportarse durante unos instantes a ese espacio liminal que es el imaginario colectivo.
La escritura es, además, un recurso expresivo nos permite nombrar la experiencia para, de esta forma, poder organizarla y regular las emociones asociadas a ella. Es en este caso cuando hablamos de escritura personal, expresiva o terapéutica y deja de ser un fin para convertirse en un medio, un recurso. Hay muchos estudios que recogen los beneficios de la escritura expresiva; puedes leerlos en este artículo. Pero, para que sea eficaz y provoque cambios duraderos, cuando la utilicemos en un acompañamiento o intervención tiene que tener detrás una lógica, un propósito o un marco teórico que la sustente.

El enfoque narrativo de la experiencia
De todos los conceptos que menciono en el artículo anterior, creo que el enfoque narrativo de la experiencia es el punto de partida que mejor puede ayudarnos a aplicar la escritura como recurso en la psicoterapia individual y grupal. Se trata de un enfoque que, tomando como referencia el constructivismo u otras aportaciones postracionalistas, engloba perspectivas y técnicas de diferentes disciplinas coherentes con una determinada visión del ser humano como constructor de historias y significados.
Este enfoque pone en el centro la subjetividad y el proceso de cambio como una experiencia co-construida, en la que la persona del terapeuta es experta en las técnicas y procesos y la persona a la que acompaña es experta en su propia vida. Uno de los objetivos de la psicoterapia es integrar la experiencia fragmentada por el trauma o el dolor; devolver a la persona la percepción de sentido y continuidad. Leer hacia atrás cuando es necesario para seguir, así, escribiendo hacia adelante; proyectándonos en el futuro y lo porvenir.
En este marco teórico la escritura es un recurso económico y sencillo de usar que permite acceder a la experiencia, ordenarla e integrarla; así como mejorar la percepción corporal y la consciencia de las diferentes emociones, lo que facilita su expresión y regulación.

Retos de la escritura en la intervención social y terapéutica
Cuando queremos lograr estos beneficios a partir de la escritura personal, ya sea usándola en nuestra propia práctica o acompañando a otras personas, encontramos algunas dificultades:
La escritura es un hábito, una práctica y, como tal, consolidarla requiere un compromiso y un esfuerzo. A muchas personas les gustaría escribir de forma regular pero no lo hacen porque no saben cómo empezar a escribir cada día, o esperan a que llegue la inspiración para hacerlo, o creen que escribir requiere mucho tiempo y ni siquiera se sientan a intentarlo. En el artículo Cómo empezar a escribir un diario encontrarás orientaciones y ejercicios concretos para iniciar y mantener el hábito de la escritura.
Quienes sí escriben o utilizan la escritura en sus acompañamientos, a veces lo hacen siguiendo pautas muy específicas que no se adaptan a sus necesidades. Por ejemplo, muchas personas encuentran útil el ejercicio de las páginas matutinas; sin embargo, a otras les resulta difícil escribir por la mañana porque no tienen tiempo, sienten que su estado de ánimo no favorece la práctica, o se agotan intentando dedicar 40 minutos diarios a la tarea que, de este modo, acaba convirtiéndose en una obligación más y pierde su sentido.
Lo mismo sucede cuando alguien en psicoterapia, con la mejor intención, propone ejercicios de escritura muy estructurados para explorar o resignificar la pérdida; o cuando sugiere escribir un diario sin ofrecer recursos para solventar las dificultades que van apareciendo como, por ejemplo, la preocupación por la privacidad.
Por eso me parece fundamental tener siempre presente cuál es el marco teórico que sustenta la intervención o la práctica; qué es lo que queremos conseguir. Y, a partir de ahí, adaptar las propuestas a las necesidades de cada persona y también a los recursos con los que ya cuenta para fortalecerla como la conexión con la experiencia cotidiana, con la imaginación o la memoria; la delimitación de un lugar y un momento del día para escribir acorde a su disponibilidad y preferencias. En ese sentido, me parece fundamental que la persona que acompaña o propone haya experimentado primero con las técnicas. De esta forma será consciente de las dificultades y le será más difícil proponer alternativas para adaptar las herramientas a la persona, y no al revés.
Escritura y narrativas en las intervenciones grupales y comunitarias
Escribir en comunidad ayuda a mantener el hábito, a combatir las voces críticas y a tener un espejo en el que nos vemos reflejadas: cuando otra persona deshilvana su experiencia o sus recuerdos, ofrece a quien lo recibe un mapa para seguir el hilo de sus propias palabras. Escucharnos y leernos nos ayuda a nombrar la experiencia; también nos permite conocer los recursos que otras personas han puesto en marcha para manejarla. En el caso de los grupos o comunidades naturales puede haber otros beneficios, como recuperar el sentido de identidad o la memoria comunitaria. De esta forma, será más sencillo deconstruir las narrativas dominantes y evocar alternativas, o construir narrativas de reparación y resistencia.
En estos casos es especialmente importante tener en cuenta que la escritura es un recurso, pero hay otros que se sustentan en el enfoque narrativo de la experiencia y pueden ser incluso más útiles si las comunidades están familiarizados con ellos y los usan de forma natural: por ejemplo la oralidad, el tejido, otras prácticas comunitarias. A partir de cualquiera de ellas podemos crear un taller de escritura personal, creativa o autobiográfica con unos objetivos concretos, adaptados a la experiencia y necesidades de cada colectivo en particular. También podemos incorporar los recursos que ofrecen la escritura y las prácticas narrativas en nuestras intervenciones y acompañamientos.

Guía La escritura y las narrativas como recurso en el acompañamiento psicosocial
A continuación encontrarás una guía para conocer tu punto de partida y, desde él, empezar a utilizar la escritura y las narrativas en tus intervenciones.

Acompañar con la escritura y las narrativas en la intervención social, en el acompañamiento psicosocial o en psicoterapia
Si quieres profundizar en este tema, puedes unirte al programa Acompañar con la escritura y las narrativas, una certificación propia en la que te cuento lo que hago y cómo lo hago para que puedas incorporarlo a tus propias prácticas y saberes.

¡Gracias por leerme! ¿Te apetece compartir tu experiencia o preguntarme algo? Te leo en los comentarios. Puedes conocer mejor mi experiencia en este ámbito aquí. Para contactar conmigo, aquí.
Pero qué maravilla de blog he descubierto! Infinitas gracias por todo este trabajo!!!! Y más aún!
Muchas gracias a ti por leerlo y por compartir 😊 ¡Nos leemos!
Obviamente, al menos hablo por mi parte y lo haré con mil ganas! Saludos, y bienvenida también a mi blog! 😋